domingo, 16 de octubre de 2011

San Carlos de Bariloche Historia y leyendas



Historia
La ciudad de San Carlos de Bariloche, se encuentra sobre la costa del Lago Nahuel Huapi en la Patagonia Argentina, en territorios originalmente ocupados por los indígenas que poblaban la región.
Si bien existieron algunas incursiones iniciales a la zona en los siglos XVII y XVIII por misioneros y viajeros europeos, el desarrollo de la ciudad comienza a fines del siglo XIX cuando la Campaña del Desierto desplaza a los pobladores indígenas, y libera las tierras para ocupación por colonizadores blancos.
El entorno y oportunidades de desarrollo turístico que ofrece la región han atraído a numerosos inmigrantes principalmente europeos luego de la segunda guerra mundial, que han contribuido al desarrollo y crecimiento de la ciudad.


Antes de que el hombre apareciera en esta región patagónica, ya el medio ambiente conformaba un paisaje imponente; las abundantes precipitaciones y las grandes cuencas permitieron una exuberante vegetación en los faldeos de las montañas donde reinaba el ciprés y el gigantesco coihue. Gran variedad de vegetación arbustiva y pastos naturales albergaban una importante fauna; las transparentes aguas de los ríos y lagos eran habitadas por la perca y el huillín; el guanaco junto al ñandú y el huemul constituían parte de esta riqueza.
Desde el este al oeste se transformaba el paisaje pasando de la estepa al bosque y de este a la selva. Frutillas silvestres, michay, taique, amancay y mutisias teñían con sus colores estas tierras y en la altura el cóndor presenciando un grandioso espectáculo natural. En este escenario aparece el hombre hace muchos miles de años, después de las glaciaciones irrumpen en la zona del Nahuel Huapi los Tehuelches, Los Puelches y Los Pehuenches que estarán hasta la segunda mitad del siglo XVII, momento en que sus culturas serán absorbidas y cambiadas por la aparición de una raza más fuerte y evolucionada como fue la del pueblo Araucano, proveniente del antiguo territorio Chileno. Estos comenzaron su penetración a través de Los Andes hacia el este y marcaron con su cultura a los pueblos que habitaban la Patagonia.
Fueron ellos los primeros en descubrir y utilizar "pasos" en la cordillera de los Andes para adentrarse en el territorio Argentino, itinerarios que luego en el tiempo utilizaron los españoles que habitaban el sur chileno para incursionar por territorios patagónicos a partir del año 1550.
El Capitán español Juan Fernández en su afán de búsqueda de la "Ciudad de los Césares" utiliza el "paso" por la actual población fronteriza de Peulla y llega por primera vez al Brazo Blest del lago Nahuel Huapi. Otros siguieron su ruta en el afán conquistador penetrando poco a poco en el territorio de los lagos.
A partir del año 1653 los curas jesuitas también intentaron la obra evangelizadora recorriendo estas regiones y utilizando los "pasos" cordilleranos. Posteriormente enviados desde Chile, algunos científicos viajaron para reconocer y estudiar las características de la zona. Eran estos los dominios del cacique Shaihueque, el "País de las Manzanas" conformaba su territorio donde el bosque se confundía con el cielo, los arroyos cristalinos descendían hacia el gran lago azulado y el paisaje se nutría permanentemente en formas y colores nuevos.
A partir del año 1872 las autoridades argentinas comenzaron a organizar exploraciones y reconocimientos de los lugares ocupados por los indios con la idea de futuras campañas conquistadoras. También llegará en esos años al Lago Nahuel Huapi el geógrafo- naturalista Francisco Pascacio Moreno que será el primer hombre blanco que viene del Atlántico para dedicarse al estudio e investigación atraído por la espectacular naturaleza.
La decada del 80 marcará el avance del ejército argentino sobre la región; la total ocupación de los territorios dominados por los indios será una de las misiones y la otra será reconocer los ríos y los lagos que conformaban la geografía del lugar. A partir de estas acciones y transcurriendo el año 1892 comenzarán a llegar los primeros pobladores blancos que se radicarán en las costas del lago Nahuel Huapi; vienen desde el pacífico algunos y otros del Atlántico; hay alemanes y norteamericanos en esta primera corriente de inmigrantes.
Carlos Wiederholdt, comerciante alemán es el iniciador de la actividad comercial en la zona y para iniciar la misma, construye su primera casa-comercio donde se formaría el pueblo de San Carlos de Bariloche. Comienza aquí un fluido enlace entre Puerto Montt y el inmigrante alemán que exportará lana, cuero, papas, quesos, manteca y otros productos.
En 1897 había unos 14 pobladores diseminados alrededor del lago Nahuel Huapi siendo su actividad principal la agricultura y la ganadería, la bodega de Lanas se asentaba en lo que tiempo después sería la ciudad de Bariloche, junto a ella se encontraban unas cinco casas construidas con madera de ciprés y cohiues rodeadas de unos pocos ranchos diseminados entre maitenes y cipreses.
A partir de este año comienzan a funcionar aserraderos, herrerías y tambos; se construirán embarcaciones artesanales cuyo fin era el transporte de mercaderías y llegarán más pobladores esta vez desede Viedma y Carmen de Patagones.
En el año 1901 se afincará definitivamente una corriente de inmigrantes suizos y así se irá conformando una población heterogénea en cuanto a nacionalidades pero con el mismo espíritu de trabajo y sacrificios siendo verdaderos pioneros en este territorio tan distante de los grandes centros poblados. El trabajo fue el motor que impulsaba a estos colonos y la mano de obra especializada era de gran valor, en ese sentido las actividades que realizaban el herrero, el zapatero, etc. fueron de gran importancia para la consolidación del pueblo. Llegamos así al año 1902, nos encontramos con un incipiente caserío con arbolado natural, casas de tablas de madera con techos de tejuelas de alerces con fuertes pendientes que darán una característica muy peculiar a las construcciones. Convivían en este ambiente chilotes, alemanes, suizos e indígenas.
Leyendas
Cuando se llega a San Carlos de Bariloche, es habitual investigar sobre la existencia (¿o no?) del monstruo del lago Nahuel Huapi, un mellizo del que aparece en el lago Ness, en el norte de Escocia.

En cuanto a la presencia ocasional del Nahuelito sobre la superficie lacustre, es mucho lo que se ha escrito y dicho. Existen fotografías que lo muestran como una enorme serpiente que luce su cabeza, parte del lomo y la cola que avanza cerca de la costa. Se menea y deja una estela a su paso, como si nadara.

Allá por los años mil ochocientos y pico, los aborígenes de la zona mencionaban en sus leyendas la aparición de este ser fantástico. A partir de comienzos del siglo XX, varios estudiosos acopiaron información sobre su presencia dejando atrás lo que se creía era una fábula de los antiguos pobladores.

¿Es un animal prehistórico?, ¿el resultado de un experimento nuclear?, ¿un conjunto de plantas que desde el fondo de las aguas sube hasta la superficie y se agita en miles de burbujas?

En fin, las teorías pueden ser muchas. Hasta la fecha, no se ha encontrado una definición en cuanto a su extraña y esporádica presencia.

Algo es seguro: el Nahuelito no toma sol ni elige mostrarse en la playa. Prefiere nadar en aguas más profundas. ¿Será posible realizar avistamientos en el futuro, como con las ballenas en el océano Atlántico? Habrá que estar atentos.

Pobladores autóctonos

Existen evidencias1 de la existencia de asentamientos indígenas en las riberas del Lago Nahuel Huapi en la zona hoy ocupada por la ciudad de Bariloche, previos a la llegada de los expedicionarios y colonizadores blancos.
Durante el neolítico, se produce la llegada de varios grupos étnicos aborígenes a la región del Nahuel Huapi. En particular hay asentamientos tehuelches, puelches, y pehuenches. Con el proceso de araucanización y principalmente en el siglo XVII estas etnias son absorbidas por la cultura mapuche o araucana, proveniente desde el sur de Chile, en parte desplazada por la colonización española de Chile.

Campaña del Desierto

Los indígenas que habitaban en la región fueron asolados durante la Campaña del Desierto, en particular las campañas del coronel Conrado Villegas de los años 1881 y 1882.
La primera brigada, al mando del teniente coronel Rufino Ortega enfrentó a Tacumán, hijo del cacique Sayhueque. Alcanzó el lago Nahuel Huapi el 3 de abril de 1881, con un saldo de 23 indígenas muertos.
En un año, Villegas (ascendido a general) conquistó el territorio de la actual provincia del Neuquén, alcanzando el río Limay y el Nahuel Huapi.

Primeros asentamientos

Hacia fines del siglo XIX, el mayor asentamiento se ubicaba en las nacientes del río Limay, aunque el poblador Carlos Wiederhold ya tenía establecido un almacén en la zona que hoy ocupa la ciudad y desarrollaba una destacable actividad comercial con Chile.

Fundación oficial

La ciudad fue fundada oficialmente el 3 de mayo de 1902, por decreto del Poder Ejecutivo de la Nación. En 1909 tenía ya unos 1.250 habitantes, telégrafo, correo y camino hasta Neuquén. Pero continuaron dependiendo del comercio con Chile hasta la llegada del ferrocarril en 1934.
Durante los años 1905-1906 merodean por la zona los famosos ladrones de trenes y bancos norteamericanos Sundance Kid y Butch Cassidy que por esa época tenían una estancia en cercanías de Cholila en el territorio de Chubut. Dejan la zona al enterarse que los perseguía un detective de la famosa agencia Pinkerton.
A principios del siglo, y especialmente antes de la llegada del ferrocarril, la ausencia de buenos caminos hacía muy dificultoso el abastecimiento del pueblo sobre todo de productos frescos. Por ello se desarrollaron varias chacras que proveían de verduras, productos lácteos y carnes a la incipiente población, llegándose a sembrar campos con trigo en la zona de lo que hoy es el barrio Melipal y Colonia Suiza.

Llegada del ferrocarril

A comienzos del siglo XX el viaje desde Buenos Aires hasta Bariloche era una verdadera odisea. Para comenzar se realizaba en tren el trayecto Buenos Aires a Carmen de Patagones (al sur de Bahía Blanca), donde el viajero debía cruzar el Río Negro en barco hasta la ciudad de Viedma, y viajar a caballo o en automóvil hasta el pueblo de San Antonio Oeste, cabecera del Ferrocarril al Nahuel Huapi. Solo a partir de 1913 el ferrocarril llegó a Maquinchao, y en 1916 a Ingeniero Jacobacci desde donde se debía continuar en carreta o automóvil hasta Bariloche.
Hacia 1906 el Ministro Ramos Mejía había presentado un proyecto de ley al congreso para realizar la construcción de vías férreas desde San Antonio Oeste hasta Bariloche. Lo escabroso del terreno tornaba más difícil la tarea de tender los rieles.
Para 1925 la punta de los rieles llegaban hasta el pueblo de Pilcaniyeu, y luego de una interrupción en los trabajos de algunos años, el tren finalmente llegó a Bariloche en mayo de 1934.










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